DOS LUNAS BEACH

El verano es la época del año que nos brinda la oportunidad de disfrutar de una amplia gama de actividades aunque para muchos, las altas temperaturas llegan a ser bastante agotadoras. Pues bien, en anteriores entradas hablábamos sobre algunas recomendaciones para hacer durante las noches valencianas aprovechando el frescor nocturno así que, ahora os traigo una recomendación culinaria acompañada de la frescura típica del litoral mediterráneo y un ambiente elegante.

En la explanada de Veles e Vents situado en Marina Real Juan Carlos I (Valencia), encontramos un restaurante con un ambiente distinguido y al mismo tiempo, asequible a todos los bolsillos, llamado Dos Lunas Beach. Su amplia terraza nos brinda una perspectiva del puerto de Valencia y del recinto creado para la celebración de la America´s Cup, el cual posee aproximadamente un millón de metros cuadrados donde podemos encontrar varios restaurantes, pubs, una zona ajardinada y una noria de 70 metros de altura.

Centrándonos en el restaurante, la carta podemos consultarla en su página web y consta de una amplia lista de platos que van desde ensaladas, entrantes, pescado fresco, carne, comida italiana y postres. Yo opté por la ensalada de queso de cabra, canónigos, nueces y vinagreta de miel, mientras que mi acompañante eligió los gnocchis con gorgonzola. De beber una jarra de sangría y para finalizar, el variado de postres caseros.


Mi plato estaba delicioso con la cantidad idónea para quedar satisfecho, el sabor del queso y su textura hacían un contraste exquisito con el sabor dulzón de las nueces y la vinagreta de miel. En cambio los gnocchis estaban riquísimos pero el plato parecía bastante escaso en comparación con otros, aunque también es cierto que la pasta rellena de carne con salsa infla bastante pero aun así, no la recomiendo a los que tengan un buen comer. El postre estaba compuesto por 4 variedades diferentes de postres caseros con dos trozos cada uno por lo que era ideal para compartir y todos realmente sabrosos. El precio de los platos variaba desde los económicos e igualmente exquisitos a más sustanciosos a un precio un poco mayor pero tampoco desmesurado, así que la ventaja es que puedes elegir un plato a tu medida sin tener que renunciar a la calidad. Lo que más me gustó fue sin duda el entorno tanto la proporcionada por el mar como por el local, amueblado con elegancia y modernidad. Si lo que te apetece no es cenar sino tomar algo, no te preocupes aquí mismo puedes hacerlo cómodamente en su sala o en la terraza, o si lo prefieres, también tienes la opción de tomar algo en la barra de la parte trasera mientras bailas al ritmo de la música de actualidad. Sin duda alguna, lo recomiendo a todos aquellos que buscáis un buen restaurante en un entorno diferente.



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