TIPOS DE CLIENTES

Todos los terrícolas, aportamos nuestro granito de arena al sistema económico que rige nuestra sociedad ya que sin nuestro consumo de bienes y servicios, dicho sistema quedaría escuchimizado. Por lo tanto, todos conocemos el procedimiento de compra y poseemos nuestras anécdotas como consumidores exigentes que somos, pero lo que mucha gente no conoce es el punto de vista del vendedor.

Si sois ese porcentaje de terrícolas que no han trabajado nunca cara al público, entonces seguramente os sentiréis identificados con alguno de estos grupos de consumidores aunque sólo sea de forma esporádica y aquellos que por el contrario, sí habéis trabajado en un puesto de estas características, puede que también identifiquéis en vuestra jornada laboral a alguno de los siguientes clientes.

1. Los mudos: 
Dícese de aquellos que hablan lo imprescindible, es decir, sólo para expresar la finalidad de su presencia. El saludo y la despedida son elementos del lenguaje que no vienen a cuento ya que sólo expresan lo que quieren comprar.

2. Los parlanchines: 
A diferencia de los anteriores, para este grupo el saludo y la despedida son insuficientes, ya que parecen rebosar vitalidad y lo manifiestan de la única forma posible, hablando. Son capaces de introducirte en el tema de conversación lo que van hacer a lo largo del día, sus asuntos familiares y otras cuestiones personales con solo hacerles una pregunta ¿en qué les puedo ayudar?

3. Los amantes de las gafas de sol:
Este grupo son los amantes de la moda y de las últimas tendencias o simplemente, aquellos que parecen tener un cariño especial a este accesorio. Haga sol o no, nunca olvidan sus gafas de sol, ni siquiera dentro de los locales pues realizan el proceso de compra con las lentes bien colocadas.

4. Los telefonistas:
Son aquellos que o bien, no tienen otro momento para hablar por teléfono, o reciben las llamadas justo cuando van a ser atendidos por el/la vendedor/a. Es de admirar su habilidad para estar atentos de ambas situaciones, la conversación telefónica y la compra.

5. Los ponme eso de ahí:
Dícese de los clientes que en los comercios donde el producto está debidamente expuesto con su respectiva etiqueta (nombre del artículo y precio) dicen aquello de "ponme eso de ahí" porque sobrevaloran el poder del dependiente para detectar exactamente a qué se están refiriendo.

6. Los extravagantes:
Cada loco con su tema y si estás continuamente tratando con el público, más de una anécdota encuentras.

7. Las pequeñas manías:
Todos tenemos ciertos gustos o hábitos que deseamos que se perpetúen a lo largo del tiempo y si además pagamos un precio por un producto/servicio esperamos a cambio un valor añadido que vaya análogo a nuestros caprichos, porque el cliente siempre tiene la razón...¿no?

8. Los turistas:
Benditos sean aquellos que nos alegran las ventas con sus grandes compras aunque el no dominar el idioma hace a veces muy complicado el proceso. El inglés es un idioma básico pero a la hora de tratar con los italianos, con la cosa de que ambos idiomas se parecen, hay que entenderlos sea como sea porque de español ni mu y de itialiano menos todavía. De los orientales ya ni hablamos.

9. Los inoportunos:
Son los expertos en solicitar algo en el momento menos oportuno. ¿Que se te acaba de terminar un artículo que de costumbre siempre tienes en almacén pero justamente ese día no tienes? Pues a por él que van. ¿Que te estás meando y necesitas urgentemente ir al baño? Pues a por ti que van. ¿Que llevas un duro día, tienes ganas de cerrar e irte a casa y ves la gloria acercándose porque solo te queda 1 minuto para salir? Pues allá que entran.

10. Los malaleche:
Días malos los tenemos todos y ¿con quién lo pagamos? pues con los vendedores ¿que nos tocan los mismísimos por algo que es política de empresa? No importa, al menos nos desahogamos.

11. Los indecisos:
Es difícil elegir con tanta variedad de productos y a este tipo de clientes les resultaría mucho más facil si todo fuera igual pero como no es el caso pues miran, preguntan, dudan y al cabo de un rato compran o puede que después de tanto tiempo de indecisión se cansen de pensar y decidan irse con las manos vacías.

12. L@s guap@s:
Somos seres humanos y la carne es débil así que cuando le toca el turno a alguien agraciado es inevitable pensar eso de como está este-a! mientras dices ¿qué te pongo? mi número de teléfono?

13. Los meones:
Algunos locales poseen servicios de uso público mientras que otros, por unas razones u otras, no disponen o sencillamente no están condicionados, pero siempre hay quien no puede aguantar las ganas y pregunta sea donde sea, con cara de cordero degollado ¿puedo entrar al servicio? Es muy urgente, y cuidado porque algunos lo aceptan pero otros en cambio, siguen insistiendo o se van echando chispas.

14. Los preguntones:
Dícese de aquellos que preguntan cosas obvias como por ejemplo, ¿está cerrado? Porque claro, eso de tener las luces apagadas con la puerta cerrada o el cartel de CERRADO, tiene tantísimos significados que los pobres no saben qué quiere decir exactamente.

15. Los regálame:
Por último están los más delicados ya que eso de ponme les suena a feo, como una imposición, así que te dicen me regalas...? que queda mucho más fino, pero claro tu te quedas con la duda de si se va a ir sin pagar o qué.

Estos son algunos tipos de clientes que pueden darse de vez en cuando en nosotros o en el trabajo. Lo de que el cliente siempre tiene la razón es verídico en ciertos aspectos aunque la pierden cuando son maleducados o alzan la voz. Todos somos consumidores y nos gusta recibir a cambio un trato especial, pero lo que algunos no han vivido es la experiencia de tratar diariamente con innumerables tipos de clientes que se consideran los reyes del mambo .





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